Es
una terapia china muy antigua que combina la respiración,
meditación y ejercicios físicos, la finalidad de estos ejercicios
es el fortalecimiento del cuerpo, aumentar la resistencia a las
enfermedades y equilibrar la mente.
En
la práctica del Chi Kung los movimientos son lentos, circulares y
curvilíneos, donde el practicante respira de manera profunda y
relajada, aumentando de esta forma la capacidad pulmonar, eliminando
residuos. Además con la expansión y contracción del diafragma
brinda un profundo masaje a órganos y vísceras, facilitando y
optimizando sus funciones.
Los
médicos tradicionalistas chinos consideran que la enfermedad parte
de los bloqueos que impiden la circulación normal de la energía
vital (Chi) a través de los meridianos de acupuntura.
Los
practicantes de esta disciplina tienen una clara conciencia de dicha
circulación, lo que les permite anticipar y prevenir alguna posible
enfermedad.
En
el clásico de la medicina china (Nei jing) escrito por el emperador
Huang Di que reinara desde el 2697 al 2599 a.C se lee: "muchas
enfermedades se originan en resfríos e inflamaciones, por ello lo
más conveniente es practicar ejercicios terapéuticos en lugar de
tratarse con medicamentos".
Si
bien el Chi Kung por sí solo no es suficiente para curar muchas de
las enfermedades contemporáneas, contribuye a restablecer la
arrmonía en cuerpo y mente, además de fortalecer el sistema
inmune.
Según
la Organización Mundial de la Salud, "el buen estado de salud
corresponde al completo bienestar físico, psíquico y social y no a
la mera ausencia de enfermedad".
El
Chi Kung contribuye a todos estos aspectos ya que combina ejercicios
físicos, meditativos y energéticos posibilitando la paz, claridad
mental y el control emocional, lo que permite al individuo conseguir
seguridad, aumentar su autoestima y llevar una vida social sin
problemas.
Francisco
Pontoriero
Prof.
de Tai Chi Chuan y Chi Kung