Hace
unos días y a raíz de una encuesta realizada por un medio
periodístico de la Capital Federal, entre varios aspectos, saca
en conclusión que: "...sólo tres de cuatro argentinos está
conforme, o cree en la democracia". Si proyectamos éste
resultado, daría que un 75% cree y está conforme con el sistema
y el 25%, no. Llevado al acto eleccionario pasado estos valores no
estarían representados por los votos libremente emitidos; pero
recordando un dicho de un viejo profesor que referido a encuestas
y estadísticas decía: "hay tres tipos de mentiras, la
mentira cruel, la piadosa y... la estadística"; más
analizando que en toda consulta hay siempre algo sustancioso,
apelando a la memoria y al hecho de que opinaban cuatro, recordé
una enseñanza obtenida de una sencilla ama de casa hace más de
30 años en el sur argentino.
Recorriendo
en vehículo la Ruta N° 40 de la Provincia de Santa Cruz, luego
de cruzar en balsa el Río Santa Cruz en Charles Fuhr y el Río La
Leona en la balsa del mismo nombre, bordeamos la margen norte del
Lago Viedma hasta el Río De las Vueltas donde sólo había una
pasarela peatonal colgante sobre el caudaloso río que, en esa
época de deshielo (diciembre-enero) no era aconsejable vadearlo,
por ésta razón comenzó nuestra caminata, bordeamos el río Fitz
Roy, cruzamos un puesto de carretas sobre el Río Eléctrico y por
indicaciones de un paisano de a caballo, que estaba recorriendo el
campo, nos dirigimos a un caserío no lejano "La estancia
de los Rojo".
En
esa época del año las horas de luz se alargan casi hasta las 12
de la noche, estábamos cerca de las 17 hs. decidimos parar a
descansar un poco, hacer algunas preguntas en razón del trabajo
encomendado. Con la clásica cortesía sureña fuimos recibidos
por el matrimonio, dueños de la estancia, la señora rápidamente
nos invitó a tomar un té, que aceptamos en razón de las horas
caminadas, tomando sólo agua. El té vino acompañado de unos
bizcochitos de nuez y trozos de la clásica torta galesa.
De
nosotros cuatro, dos no éramos muy afectos a los dulces, pero
para no desairar a la dueña de casa probamos lo que nos ofrecía,
que en realidad era muy sabrosa. Así se lo expresamos a la dueña
de casa que, al sentirse halagada por estos inexpertos huéspedes,
explicó el origen y la tradición de la mencionada torta.
Así
nos enteramos que es común hacerla para los casamientos y
conservar parte de ella para consumirla a los 25 años de casados.
A
los cuatro que habíamos degustado la torta nos llamó la
atención mantener una torta ¡¡25 años!!... todo un éxito,
enconces la amable señora nos acotó: "...saben, yo sólo
uso productos de primera calidad, cada dos o tres meses con la
señora de la estancia de Domenech y la Sra. de la estancia La
Margarita, la de la punta del lago, nos corremos hasta Río
Gallegos (800 km) y allí compramos lo mejor para hacerla",
claro... en "La Anónima". Luego de un rato de
charla y satisfechos nuestros requerimientos, nos despedimos
agradeciendo el trato brindado y que nos acercaran al río en un
tractor que tenían, lo mismo deberíamos pernoctar otra noche en
carpa al lado de nuestro vehículo.
En
la corta noche, oscurece a las 00 hs. y en una tenue luminosidad
comienza a aclarar a las 4.30 hs. Me puse a pensar lo sacrificado
de esas familias y los resultados obtenidos.
Ya
en estos días y con la aclaración de que de cada cuatro sólo
creían o confiaban en la democracia tres, vino a mi memoria,
nosotros cuatro donde sólo dos gustaban de lo dulce, pero que al
probarlos los cuatro paladeamos satisfechos de ello claro... "sólo
usaban para hacerlo productos de primera calidad".
¿No
será el caso que la torta DEMOCRACIA es buena, pero nosotros,
para hacerla posible "no usamos productos de primera
calidad"?. ¿No serán estos productos de segunda marca
los responsables del 25% de disconformes?.
Eduardo
A. Garayar
Nota:
Los datos geográficos son los
correctos al año 1968/69, hoy en esa zona existe en pequeño
poblado de Chaltén. Los nombres propios no son necesariamente los
reales.