Distintos aspectos de la política actual del Radicalismo me han llevado a relexionar sobre cuál es la coincidencia entre estos y yo, y la conclusión es que no condicen con mi concepto de lo que significa el objetivo de la política en sí como herramienta para el bienestar de la ciudadanía, como así también siento que el Radicalismo actual, está muy lejos de aquel que me sedujo en la década de los ochenta, a iniciarme en la militancia política en sus filas, y digo esto con tristeza, porque siento que hace mucho se priorizan los problemas partidarios por sobre los de la gente, mi concepto es que hay dos pilares fundamentales dentro de la actividad política, que son, el crecimiento dentro de la estructura partidaria y el crecimiento dentro de la comunidad, para ambos el esfuerzo debe ser el mismo pues la diferencia de altura de alguno de los dos provocaría la caída de lo que en ellos se apoya, o sea el pueblo.

Con este concepto está claro que no estoy en desacuerdo con la búsqueda de espacios de conducción, sí, estoy en desacuerdo, en que este sea el único objetivo para la mayoría de los Dirigentes del País sin distinción de Provincias ni Comunas y como somos tan pocos los que pensamos de esta manera, no es suficiente para impulsar un cambio dentro de la estructura del partido, lo único que haríamos en desgastarnos entrando en el mismo juego internista dejando de lado el objetivo de la política en sí como herramienta para el bienestar de la ciudadanía.

A estos conceptos queda por sumarle que no me siento representado por los legisladores, que están más cerca del anonimato que de la actividad política y partidaria. Este humilde punto de vista es el que me llevó a tomar la decisión que motiva la presente, y es comunicarle a Usted y al cuerpo que preside, la decisión de renunciar a mi afiliación a la Unión Civica Radical.

Sin más saludo a Usted atentamente y por su intermedio a todos los correligionarios con los que compartí estos dieciocho años de militancia.

Diciembre de 2003.-